El polvo: el gran enemigo de tu ordenador
¿Tu equipo es fumador? Si tu equipo es fumador, ¡dale un respiro!
Seguro os preguntaréis, ¿mi equipo fumador?… Pues sí, todos nuestros equipos sean fijos o portátiles lo son.
Normalmente tenemos nuestro ordenador de sobremesa conectado varias horas, incluso llegando a estar todo el día encendido; porque ¿quién no ha jugado varias horas a ese juego que te engancha?, ¿o ese trabajo que tienes a medias y le dedicas ese tiempo extra?.
¿Y el portátil? Nuestro fiel compañero con el que navegamos por la red, ya sea en el salón sobre nuestras piernas o en la cama sobre la manta.
Todo esto sumado a que son aparatos que se sobrecalientan con facilidad los convierten en perfectos fumadores.
¿Pero cómo…? Pues muy sencillo, a través del sistema de ventilación.
Los ordenadores para refrigerar el sobrecalentamiento de su procesador (el cerebro), el chipset (la médula espinal) y su gráfica (los ojos) utilizan el sistema de ventilación compuesto por un disipador y un ventilador.
Por tanto, podríamos decir que su misión es enfriar los componentes que más se calientan pero tienen un gran enemigo, el polvo y la suciedad.
El polvo es absorbido e introducido al interior de nuestro ordenador a través del ventilador, el cual enfría los distintos elementos acumulándose por todo el interior llegando a obstruir el propio sistema de ventilación.
Como consecuencia directa al anterior proceso, los distintos componentes alcanzan una temperatura por encima de sus posibilidades, dando como resultado la lentitud de nuestros equipos, que se apaguen, y en algunos casos incluso provocando cortocircuitos que estropean nuestros equipos.
Por ello, la solución más recomendada es hacer una limpieza periódica.
Con brocha:
Por tanto, lo más aconsejable es acudir a un profesional para que le dé ese respiro que necesita tu ordenador y haga una puesta a punto. A veces no es tan fácil ni recomendable hacerlo por uno mismo si no domina el tema.